El plan inicial no se movía mucho de lo realizado en los primeros años. La idea original era volver a registrar el concierto en Oberhausen para continuar la tradición de los Tours precedentes y hacer de la ciudad, el lugar de peregrinaje de cualquier Fan del mundo. La venta de entradas, pese a salir con bastante tiempo por delante, avanzaba muy lentamente y con el paso de las semanas los planes tuvieron que cambiarse sobre la marcha ya que no tenía sentido grabar en un pabellón que presentaba una pista sólo llena hasta la mitad o medio vacía, según se quiera leer.
La confianza en Oberhausen antes de comenzar el Tour era tal, que incluso se daba casi por hecho la posibilidad de realizar un segundo concierto el sábado 27 de febrero. De esa manera, podrían grabar ambas noches y así poder trabajar un DVD con un amplio abanico de tomas a elegir.
Nos cuentan que las cifras de ventas de las entradas se le mantuvieron ocultas a Bill, ya que debido a su sensibilidad, temían por el transcurrir del Tour. Hemos podido saber de primera mano, que una vez finalizado el concierto en Oberhausen, Bill descargó muchas lágrimas en el Backstage y mientras los miembros del Management y del grupo intentaban cambiar de tercio y animar la situación, Bill empezaba a percibir el distanciamiento de los Fans en primera persona y comenzó a tener miedo por el resto de fechas pendientes.
Lo peor estaba evidentemente por llegar y a la poca afluencia de público en la práctica totalidad de citas se le unió la cancelación de cuatro fechas que acabaron de apuntillar al lider de la banda.
Después de la tormenta siempre llega la calma y los dioses quisieron que la penúltima cita del Tour en el Mediolanum Forum de Milán el 12 de abril presentara un lleno hasta la bandera y se pudiera registrar el Show con un público entregado a muerte.
La travesía del Humanoid Tour fue muy dura, más de lo que nunca podremos imaginar.
Subir es muy fácil. Caer es muy doloroso.
Levantarse es el verbo reservado para los fuertes.
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